5.9.09

Lila, Dante, un narciso.

Los dos libros empezados se rien de mi. No me creen capaz de terminarlos sin antes ojear las últimas páginas.
Está un tercero, todavia sin nacer arriba del escritorio.
Que lo malo se va acabar, que lo bueno ya va a empezar.
Ya no quiero llorar de pena, solo quiero cantar azucenas.
Canta ella (JUSTICIA!). La espuma al mar platicaba.
Hoy hablé con cinco personas importantes. Cinco ángeles o demonios.
No los distingo físicamente.
Conozco su escencia por el sentimiento que me embarga cuando se marchan. Y su aroma.
Ay, ay. Qué perfumes.
Cinco personas importantes y otra.
No se que sea. Importante, odiosa, soberbia.
Ella no me gusta muchas veces y jamás la identifiqué con un rótulo.
Suele presentarse como alguien humilllado, sumiso ante mi. Se odia. Dice.
No se.

Lloré. Tuve miedo.
Amé, odie.
Bah, empujé mi energía a movilizarse de misma forma y fuerza en dos sentidos iguales.
El desequilibrio.
La gracia.

Este texto carece de sentido, belleza y delicadeza de palabras.
Todo es tosco en esta hora.
Estoy agotada. Vacia.

Qué queda siempre todas las noches, al final?
Un amor indescriptible.

Vida, vida, vida!