19.11.09

Lora.

Es superior a mí.
Es la fuerza que me lleva en el pulso que mantengo con la oscuridad que tiñen de oscuro tus ojos negros.

Y qué me cuentas del tiempo que pasa en tu pestañeo y que me trae por esta calle de amargura y de lamento?.
Yo sé que la sonrisa que se dibuja en mi cara tiene que ver con la brisa que abanica tu mirada.
Tan despacio y tan deprisa, tan normal y tan extraña.

Tú me rompes las entrañas, me trepas como una araña.
Bebes del sudor que empaña el cristal de mi habitación, y después por la mañana despierto y no tengo alas.
Llevo diez horas durmiendo y mi almohada está empapada.

Todo había sido un sueño muy real y muy profundo.
Tus ojos no tienen dueño porque no son de este mundo.
Que no te quiero mirar.

Pero es que cierro los ojos y hasta te veo por dentro.
Te veo en un lado y en otro, en cada foto, en cada espejo. Y en las paredes del metro y en los ojos de la gente, hasta en la sopa más caliente. Loco yo me estoy volviendo.
Y a veces te espero en el bar de la esquina con la mirada fija en tu portería.
Y a veces me como de un bocado el mundo.
Y a veces te siento y a veces te tumbo.
A veces te leo un beso en los labios y como yo no me atrevo, me corto y me abro.

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