Verónika Alejandra.

She speaks in the third person,

so she can forget that she's me.

Mantuve los ojos cerrados, haciendo fuerza para no moverme y tratar de mantenerme estática.
Llevaba un par de horas luchando así, en silencio y vanamente. Pero no quise saber, en ese momento, que había perdido antes de empezar.
A fuerza de miedo y orgullo seguí intentando.
Probé de inmovilizar mi sangre y constrolar la respiración, pero aún podía sentir cada miembro de mi cuerpo con ridícula intensidad. Podía percibir en mis venas hinchadas, formando parte de una red venenosaque recorría mi cuerpo, al montruo pujando violentamente. Movilizando a borbotones mi vida, mi bien.
Aumentados hasta la locura, cada latido me taladraba la cabeza. Dolorosamente, apreciaba cada movimiento involuntario sin poder evitarlo, al palpitar mis brazos, muñecas, manos. Incluso la yema de mis dedos. Mi vientre, mis piernas, mis pies. Todo mi ser, hasta mis sienes.
Ay, sobre todo mis sienes!
Me dolía. Cada válvula abriéndose y cerrándose.
A cada segundo era peor. A cada segundo mi fuerza inventada disminuía y la de mi monstruo se incrementaba con creces. A cada segundo mi miedo era más pesado y cada aguijonazo de aversión penetraba más profundo.
Mi asco, mi odio, mi enojo, mis ganas de sangre y muerte. Todo personificado mi bestia. Este monstruo, mi quimera.
Haciendo fuerza para salir, forzando mis defensas hasta dejar cada uno de mis músculos al rojo vivo. Impulsando, por medio de lágrimas, el rechazo a la humanidad que tanto me acecha en la profunda oscuridad de mi colcha pesada. Ganas de causar sufrimiento.

Así cada noche, al recostar mi cabeza sobre la almohada. Siento moverse en mi interior -como aceite en los perfectos engranajes de un reloj- su veneno líquido de maldad, ni bien apago la luz.
If you sing loud and clear, someone passing by will surely hear you.
No, yo can't be afraid (if you ever want somebody near you).
Paso un par de horas de zozobra, peleando conmigo misma. Evitando caer en aquel abismo que solo promete una tristeza infinita y una comodidad conformista desmedida.

Ella está siempre alerta. Haciendo fuerza para salir, como y dónde sea.
Tiene forma de mujer fea. Senos caidos, abdomen voluptuoso, cara amorfa, fofa, gorda. Marcada a fuego con un rictus de cruel (enfermiza, infantil, obsena) ironía. Una semi-sonrisa horrorosa, con los consumidos ojos eufóricos, cegados por la fiebre y la idiotez. Piernas cortas, jamonas carnes.
Flácida, estúpida, maligna.
Mi demonio tiene nombre. Y su nombre le da poder.

You know the games I play and the words I say when I want my own way.

You know the lies I tell when you've gone through hell, and I say I can't stay.

You know how hard it can be to keep believing in me.