11.5.09

Estuve en la galería de mi espíritu, escuché la música de mi alma, vi el agujero en mi corazón y bebí las lágrimas de mi dolor.
Permanecí en las sombras de mi vida, en la espera de mi propia aparición en la calle de la soledad, tras los muros de mi miedo.
Date vuelta y muéstrame tu rostro!
Contemplaré mi sombra en tu mano. Una última cena se ha ofrecido. Siento mi sangre en tus venas, pero ¿qué pasará ahora?.
Pero ¿qué pasará ahora?
Finalmente he encontrado ansias de vivir: debo sentirte, tocarte. Pero tengo miedo, tengo miedo.
Cierro los ojos ante ti y observo el ocaso de mi alma. Extiendo mi mano hacia ti pero solo percibo el miedo en mí. Completamente solos en este salón, tan solo tú y yo.
Date vuelta y muéstrame tu rostro!
Nunca vi tantas puertas, nunca tantos caminos para salir de aquí. Jamás me habían atado pero ahora estoy encadenado.
Date vuelta y muéstrame tu rostro!
Siento que me abandona lentamente la fuerza, siento que mis ojos se debilitan en la tormenta del tiempo. Envejezco cada vez más.
Por última vez extiendo mis manos y tu, por fin, giras para mostrarme el rostro...
Pero yo estoy demasiado viejo y no puedo verte.

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